miércoles, 19 de junio de 2013

Se venden sueños al mejor postor

Óliver Torres es animado por Simeone en el momento de su debut. Foto: Marca.com
ÓSCAR FERNÁNDEZ | Un pequeño porcentaje de los derechos sobre el canterano Óliver Torres han sido vendidos a un fondo de inversión relacionado con Jorge Mendes. Ésto reportará al club cinco o seis millones de euros, con el fin de sanear la maltrecha tesorería colchonera. 

No ha habido atlético al que no se le haya atragantado el desayuno al leer en el diario MARCA la noticia de que el Club Atlético de Madrid, o mejor dicho, sus dos dueños ilegítimos Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín, habían decidido vender al fondo de inversión Quality (en el cual se encuentra metido, cómo no, el portugués Jorge Mendes) un porcentaje próximo al veintinco por ciento de la imberbe perla de la cantera rojiblanca, Óliver Torres. A cambio de esta pérdida de derechos sobre el jugador, el Atlético de Madrid recibe una cifra cercana a los seis millones de euros, los cuales deberán de ser devueltos al propio fondo en los plazos determinados (los cuales se desconocen, gracias a la habitual opacidad de la directiva rojiblanca).

No obstante, el tema no es tan sencillo, y es que también se contempla en el negocio la posibilidad de que llegue una oferta por el prometedor centrocampista. Si ésto ocurriese, el fondo de inversión obtendría la parte proporcional al dinero pagado por Óliver (es decir, si pagasen veinte millones de euros por él, el Atlético tan sólo percibiría dieciséis). Además, si el Atlético de Madrid decidiese rechazar una suculenta oferta por el canterano (lo cual suena utópico en la actualidad de nuestro equipo, teniendo en cuenta el gusto que tiene la directiva por vender a los buenos para pagar a los mediocres), el fondo de inversión Quality recibiría una indemnización por ello. Negocio redondo para Quality, para Jorge Mendes y seguramente que también para la bicefalia de la directiva pero, ¿lo es para el Atlético de Madrid? ¿Y para su afición?

Ante esta situación, surgen dos preguntas: ¿cómo puede sentirse un chaval de dieciocho años cuando el equipo de sus amores, con el que apenas acaba de debutar, ya piensa en una posible venta? Desde luego, se ofrece un mensaje muy claro, y éste no es, para nada, positivo.

Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín | Foto: ElConfidencial.com
Y la otra es, ¿qué puede pensar la afición del Club Atlético de Madrid tras este turbio negocio? No cabe duda, la parroquia colchonera cada vez debe de andarse con más cuidado a la hora de encontrar ídolos en la plantilla rojiblanca, ya que cada vez son vendidos con mayor facilidad. Falcao, De Gea, Domínguez, Kun Agüero, Forlán, Fernando Torres... La lista de jugadores idolatrados por la afición vendidos (o malvendidos en algunos casos) es muy larga, y sin embargo, la lista de responsables del equipo no cambia desde que, en el año 1987, Jesús Gil y Gil se apropiase indebidamente del club.

Parece mentira, pero en este Atlético de Madrid del Gilifato, no suena descabellado que un joven niño atlético le diga a su padre que, mientras soñaba con que el Atlético de Madrid alzaba la Champions League, llegó un señor con la cara torcida y uno con peluca cana y le arrebató de las manos el trofeo.
El caso de Óliver Torres es, por desgracia, uno más de la lista. Se venden sueños al mejor postor, ¿quién da más?

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1 comentario:

  1. Que razón tiene ustad, k se largue ya el puto medialuna veterinario y el productor con bisoñé

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