lunes, 30 de septiembre de 2013

Análisis Real Madrid 0-1 Atlético; Trabajadores con esmoquin

Los jugadores del Atlético abrazándose tras el gol | FOTO: A.G. (Web Atlético)
El partido del pasado 28 de Septiembre que tuvo lugar en el Estadio Santiago Bernabéu hizo ver una serie de datos y motivaciones que eran un hecho pero que les faltaba un momento así para ver la luz. El Atlético de Madrid es un equipo diseñado para ganar a cualquiera bajo las máximas de luchar, pelear y galopar como un equipo. El Real Madrid está en periodo de construcción y no sabe si ser o dejar de ser. Y, por supuesto, que esos Ultra Sur que durante largos años han ido reutilizando la ocurrente pancarta para buscar un rival digno para un derbi decente, ya tienen la respuesta. El rival es el Atlético del Cholo. Y ayer ganó por segunda vez en cuatro meses en territorio vikingo. 

El encuentro, durante los 90 minutos transcurrió tal y como Simeone había diseñado. El equipo blanco, que inexplicablemente saltó al terreno de juego sin Luka Modric, no sabía muy bien si aguantar la posesión y tocar - con Khedira e Illarra como organizadores -, o dar el balón a los rojiblancos para salir a la contra - la telaraña defensiva del Atlético se lo impidió -. Mientras, el orden táctico y el rigor a la hora de atacar de los colchoneros, pusieron en aprietos a un Diego López que tuvo la suerte de volverse sólo una vez a sacar el balón de su portería.

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La tela de araña que tejió el Atlético sobre el terreno de juego incapacitó el juego en estático del Real Madrid. Gabi y Tiago descolgados de un centro del campo compuesto por Khedira e Illarra. Les permitió permutar en otras labores importantes como la presión en bandas a futbolistas como Cristiano o Di María, que por momentos se vieron rodeados de hasta tres futbolistas a rayas.


Un Real Madrid completamente desordenado tácticamente naufragó durante el encuentro en el entramado que el equipo colchonero le dedicó. Khedira, por la falta de Modric - banquillo - y Xabi Alonso - lesionado -, se puso los galones de organizador. Pero ni es croata, ni es vasco. Los blancos empezaron a perder el partido por ahí. Además, Cristiano Ronaldo, en sus diagonales o cuando decidía abandonar la banda para percutir por el centro, completamente rodeado de atléticos. Por si fuera poco, el varios momentos del partido, se llegó a ver a Álvaro Arbeloa en una demarcación de delantero centro.


Otra clave fue frenar el poder máximo de los blancos cuando el esférico rodaba a gran velocidad. Ni en contragolpes pudieron hacer cosquillas los de Ancelotti a los de Simeone. Benzema apático y sin desmarques no causó grandes problemas a los centrales. A cada carrera de Cristiano Ronaldo, dos jugadores le seguían bien de cerca (lateral y central de su banda). Di María cubierto por un centrocampista sacrificado (Koke o Arda) y Filipe Luis - inconmensurable -. Isco, desaparecido durante todo el encuentro, no se encontró entre Gabi y Tiago, que camparon a sus anchas por Chamartin.


El gol. Mucho se habla del error garrafal de Di María, que pierde un balón de forma infantil queriendo driblar a Filipe Luis a treinta metros de su portería. Pero se ha escapado un pequeño detalle. Y es precisamente Filipe. El lateral izquierdo del atlético, en una jugada sin aparente peligro, recupera un balón en la zona de ataque junto a otros cinco compañeros. La presión y el ahogo que experimentó el Real Madrid durante todo el partido se hizo imagen a los 10:30 minutos. El balón podía haber caído a cualquiera, pero cayó a Koke. Y eso, con lo que genera el canterano colchonero, es el principio del fin para el rival.


Isco fue cortocircuitado por el centro del campo del Atlético, que formó un entramado perfecto y quizás, más de uno madridista, echó la vista atrás y se acordó de un futbolista con ojos saltones capaz de derribar una línea con un sólo movimiento y dar el pase final a una jugada de gol que no existía antes. 


La pizarra de Simeone. Innumerables formas de afrontar una jugada a balón parado del Atlético de Madrid. Todos pegándose en el área y, Tiago, un formidable cabeceador, entra completamente sólo al único sitio del área sin hombres alrededor. El que bota el balón es Koke, por lo que el índice de acierto es aún mayor. Sólo un error en el golpeo del portugués no hizo que el segundo gol subiese al luminoso.


Las ayudas tanto en bandas como por dentro, propiciaron que el Real Madrid se acelerase en el ataque y perdiese balones por centros en ataques en estático. Di María fue el futbolista que más centro al área. Y también el que más balones mandó a línea de fondo. Un 4-3-2-1 en veinte metros del Atlético que dificultó mucho a los blancos la creación de algún peligro.


Cristiano Ronaldo desconectado. Al Real Madrid le falta mucho por mejorar tácticamente y se encarama al poderío del portugués para desatascar los partidos. Eso en el derbi no resultó. Y no resultó por la presión a la que constantemente fue sometido el crack luso. No tuvo casi opciones de galopar por la banda con espacios y cuando la tuvo, fue cerrado brillantemente. Daba igual quién. En la jugada que ensalza este texto (arriba), es Gabi el que le cierra y Koke el que le presiona. Dos mediocentros. Para Simeone da igual. El esfuerzo no se negocia. El balón acabaría en poder de Courtois.


Con Modric el Real Madrid no mejoró. El Atlético siguió a lo suyo. Doble línea por el centro y el interior del juego madridista ahogado por la presión. Isco lejos del balón y Sergio Ramos subiendo a apoyar el juego de elaboración - lo que costó una clara ocasión de Diego Costa al contragolpe que pudo decantar definitivamente el partido -. 


Koke. Superlativo el partido del canterano atlético. Atacando, defendiendo, filtrando pases, a balón parado. Master class de un futbolista que quiere apuntarse al Mundial 2014 por la vía rápida y que podría haber puesto colofón a su partido con una sensacional jugada. 


Arda Turan. Lo del turco ya no es nuevo. Al menos no para los seguidores colchoneros. Quitarle el balón  ha pasado de difícil a casi imposible. Un futbolista que muda de piel como los camaleones. Capaz de tocar el piano mientras lo lleva en brazos. Calidad y trabajo a partes iguales. La moda de este titán cada vez es mayor. Arda Turanismo es bailar con el balón mientras suena Frank Sinatra y defender a ras de suelo a ritmo de AC/DC. 


Tiago Mendes. Impresionante su labor en el centro del campo. Igual le dio Isco, Illarra, Khedira, Modric o todo aquel que le saliese por su sitio. Trabajo descomunal del sustituto de un Mario Suárez que estaba en un magnífico momento. Rozó el gol en dos ocasiones y se erige como un sustituto - o titular - de absolutas garantías. 


Cholismo. El Atlético de Madrid, desde la plantilla a la afición, pasan por todo aquello que diga Simeone. Su palabra vale más que todas las cosas. Si él dice que ha visto vida extraterrestre, creedle. Con la motivación como estrategia llevada a un campo de fútbol, ha conseguido hacer un equipo tremendamente competitivo con un techo que sólo ellos sabrán donde poner. Después del Cholo, habrá otro Atleti. Mientras tanto, todos deberán disfrutar de lo que están viendo. Y lo que están viendo es historia viva de este club.

Así fue un derbi en el que unos saltaron al terreno de juego con el mono de trabajo y, otros, que decidieron salir con esmoquin y puros. Eso sí, el trabajo no está negado al buen juego. Y si alguien lo puso ayer, llevaba rayas verticales en la camiseta. 14 años borrados de un plumazo. Dos veces.

Por Imanol Echegaray García.

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