Koke enfrentándose a Modric | FOTO: twocharts.com |
De menos a mas, sin prisa pero sin pausa. Con paso firme y sin alargar demasiado la zancada. Sin perderse en frivolidades y aprendiendo de sus compañeros. Así se podría definir la corta carrera de Jorge Resurrección, más conocido como Koke, un vaivén de oportunidades a pequeña escala que le han llevado esta temporada a ser ya un fijo en el esquema de Simeone.
Lo que un día fue un debut de 11 minutos en el Camp Nou frente al F.C.Barcelona en la temporada 2009/10, ahora es una Copa del Rey en el Santiago Bernabéu frente al Real Madrid, jugando todo el partido y siento el sostén del equipo colchonero.
Cuando a sangre roja y blanca corriendo por las venas se refiere, Koke se erige como el encargado de ejemplificar el sentimiento atlético en el rectángulo de juego. Dando igual el lugar y dando igual la situación. Debutó en el Atlético de Madrid B con 16 años, por lo que la palabra canterano se alejaría de la realidad más absoluta de ese vocablo. Si en lugar de eso, vemos a un jugador besando una bandera del Atleti en el centro del campo del eterno rival, entonces nos acercamos más a lo que queremos. Llamémoslo seguidor.
Él, como si de una Secuoya se tratase, plantó su semilla en el primer equipo hace ya cuatro años, y como el árbol más grande del mundo, ha ido creciendo con el paso del tiempo. Regando sus raíces a base de fútbol y del bueno, la marcha de Diego Ribas del club rojiblanco le hizo dar un paso definitivo al frente. ¡Y que paso!
Ha acabado la Liga como uno de los máximos asistentes del campeonato (11). Y es que el apodo de 'mini' Pantic no se le ha impuesto por casualidades del destino. Salvando las distancias con el eterno Milinko, un lanzamiento al área de Koke hace saltar las alarmas rivales como cuando un intruso se adentra en territorio hostil con la intención de hacer daño. Un daño llamado gol. En la sombra y sin resonar. Gol, que no suele ser una faceta referente en su vida, lo suyo son los favores. La mano derecha del que asesina esperanzas. El socio perfecto del rematador. Miranda le agradecerá eternamente ese envío a su testa. De su hijo no se volverán a reír jamás en el colegio.
Una Europa League, una Supercopa y una Copa del Rey. Esos son los tesoros más preciados del aficionado atlético. Un chaval de 21 años que bombea sangre a dos colores. Un chico que se ha empeñado en coleccionar títulos. Eurocopa sub 21 recién saboreada, pone vista al frente para lo que está por venir. Un futuro más prometedor que el presente hoy vivido.
Y si en el pasado, Jorge Resurrección aprendió de los mejores, en el futuro, las promesas de entonces aprenderán del mejor Jorge. Surgirá el 'mini' Koke. De eso no cabe duda.
Muy buena entrada. Grande Ima
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