lunes, 17 de junio de 2013

Entre el dorsal y la corbata

Simeone y Miranda | FOTO: finanzas.com
IMANOL ECHEGARAY | Diego Pablo Simeone, más conocido por la hinchada colchonera como 'El Cholo', se ha convertido en historia - viva - de los banquillos del Atlético de Madrid. En el terreno de juego ya lo fue en su momento. Y es que, si contamos los títulos conseguidos como jugador y entrenador, el argentino posee una Liga de España, dos Copas del Rey, una Europa League y una Supercopa de Europa. En el horizonte, una Supercopa de España contra el Barcelona y una prometedora participación en Champions League.

Hay un dicho popular que se asemeja, y mucho, a la personalidad de este joven entrenador - tan sólo 43 años -. ''Se juega como se vive''. Y él, que se define como una persona intensa, directa e inconformista, trata de llevar toda esta sensación de ser al terreno de juego, donde como jugador, con el dorsal 14 a la espalda, dio una exhibición de lucha y entrega bajo la casaca rojiblanca.

Con ella puesta, se aupó a los cielos de Madrid para mandar a la red un regalo en forma de balón de Milinko Pantic. El Atleti se iba a proclamar campeón de Liga y Simeone enloquecía corriendo a la banda y chillando como un crío en el parque.

No necesitaba un brazalete en la manga para ser el capitán dentro del terreno de juego. Aquellos que le conocían sabían que ese compañero tan cansino y ese rival tan peleón, un buen día estaría correteando por el área técnica calentando la oreja a todo aquel que vistiese de árbitro.

Simeone celebrando un gol | FOTO: elmundo.es
No se equivocaban. Un 25 de febrero de 2006, Diego Pablo Simeone - que había vivido bajo la dirección de los Basile, Bilardo, Mancini, Bielsa o Luis Aragonés -, se convertía en entrenador de fútbol. Fue en Racing Club, justo después de retirarse como futbolista.

Siete años después, y en el mismo estadio que le vio tocar la cima, el argentino se ''sienta'' en el banquillo del Manzanares, bajo una camisa y una corbata que le hacen aparentar un hombre formal a la par que elegante, que se convierte en ese chiquillo del parque cuando sus pupilos marcan gol.

'El Cholo' no sólo ha conseguido convertirse en un entrenador de élite mundial, que no es poco. Ha sido capaz de lavar la cara a un equipo roto y desfigurado para convertirlo en un conjunto campeón y temible. En sólo un año y con una plantilla con lagunas en la dirección, el Atlético de Madrid ha pasado de coquetear con el descenso con Manzano como entrenador, a estar a un punto de clasificarse para Liga de Campeones 20 jornadas después. Amén de los títulos antes mencionados, con especial dedicación a la Copa del Rey conseguida en el Santiago Bernabéu ante el eterno rival. Demasiado aval presenta Diego.

Un aval que él describió tras vencer al Real Madrid de una manera muy simple. ''Somos la esperanza para la sociedad, una referencia para la gente humilde que sufre, que trabaja y no le salen las cosas, pero hay que seguir. Con trabajo, con compromiso, las oportunidades aparecen''. Y tanto que aparecieron. Y él, es el primer culpable.

Con ese aspecto inmaculado que presenta en cada encuentro, la afición colchonera le ve como líder. No es para menos. La costumbre del sollozo y la resignación han dado paso al orgullo - nunca perdido - y la emotividad de ser de un club ganador, del Atleti de antes. Pero además le ve como su nuevo super héroe. Algo lógico, teniendo en cuenta que él, mitad entrenador, mitad jugador, puede quitarse la camisa en cualquier momento para mostrar debajo la elástica rojiblanca con el 14 a la espalda. Es lo que tiene estar entre el dorsal y la corbata. O lo que tiene estar en el corazón de toda una hinchada. Que te convierte en eterno. Que te convierte en héroe.


Por Imanol Echegaray García

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