viernes, 19 de julio de 2013

Pedacitos de historia; Atlético 4-3 Barcelona

RUBÉN MARTÍ | Hoy les voy a hablar de un histórico partido que para mi ha sido el mejor que yo he vivido en el calderón, o por lo menos el que más he disfrutado.

La fecha era un 30 de Octubre de 1.993 y nos visitaba el líder de la liga española, el F.C.Barcelona, ese equipo mágico de los Laudrup, Romario, Guardiola, Koeman, etc. Nosotros andabamos en la décima posición y había que ganar si o si, no valía otra cosa que no fuera la victoria. El estadio lucía espectacular con todo el graderío a rebosar y una gran animación. Ese día, hablo de memoria y me puedo equivocar, pero creo que no, se recibió al equipo con un mosaico de cartulinas azules en la grada y el primer anfiteatro del fondo sur, donde había algunas estrellas simulando un cielo y desde el anfiteatro a la valla del campo ocupando la grada había una tela dorada simulando un sol con rayos rojiblancos y un pancarta que rezaba por un amanecer rojiblanco, venceremos.

El partido comenzó vibrante y a el primer tiro a puerta fue nuestro, a cargo de Roman Kosecki, que desvió Zubizarreta. A esta ocasión le sucedió una de Romario que sacó increíblemente Diego en un mano a mano, pero a la segunda el astro brasileño no perdonó y perforó las redes de nuestra portería. La historia de siempre sin merecerlo íbamos por debajo en el marcador. El partido continuó siendo un toma y daca y Zubizarreta seguía echando al traste todas nuestras ocasiones hasta que apareció de nuevo Romario para hacer una obra maestra, controla con el pecho y sin dejarla caer le hace un sombrero antológico a Solozabal y gol 0-2. El partido continuaba y Romario seguía con su fiesta particular, se volvía a quedar solo delante de Diego y le hace una vaselina que esta vez se estrella contra el larguero y como anteriormente, perdona una pero la siguiente va para dentro, tras un pase magistral de Laudrup mirando al tendido pone el 0-3 en el marcador y llevaríamos 30 minutos de partido. La verdad es que no era para tanto, no se estaba jugando mal y nos estaba cayendo una histórica. En ese momento el equipo le echó coraje y desde ahí hasta el final de la primera parte fue dominio absoluto nuestro con varias ocasiones e incluso un remate de Lopez al poste.

Yo recuerdo la fe que tenía ese día, recuerdo decirle a mi primo en el descanso " pues estamos llegando mucho pedrito, si marcamos pronto remontamos" y recuerdo que más de uno se río de mi y seguramente con razón, pero era mi palpito.
 Y comienza el segundo tiempo con el equipo presionando arriba y a los 2 minutos roba un balón y Kosecki
lo transforma en gol. Ahí tenía el gol pronto que yo pedía y el equipo también, ya que recuerdo que Kiko y Kosecki fueron corriendo a por el balón para sacar rápido de centro y escuché algún comentario fatalista del tipo ''no corráis que así nos meten más''. Sin embargo los chavales tenían fe y creían en la victoria y así Pedro chuta una falta casi desde su casa y se cuela por la escuadra de Zubizarreta. Bueno lo de la escuadra es lo que me pareció a mi en el campo, luego por la tele se ve que Zubi podría haber hecho algo mas. Pero ahí lo teníamos 2-3 y con tiempo por delante. Para ese momento ya eramos un autentico vendaval. Recuperábamos rápido el balón y montábamos unas contras rapidísimas. Tanto era así que el super equipo del toque comenzaba ya a dar balonazos arriba y llegando al minuto 30 un saque en largo de Diego se lo traga Ferrer y despeja hacia atrás, el balón le cae a Kosecki y a la red.

Empate a 3, ya teníamos la remontada pero ya todo el mundo quería más. En ese momento de éxtasis fue la primera vez que la grada del Calderón entona el himno, fue algo mágico. Íbamos a por el partido, ya no había dudas. Habíamos hecho lo mas difícil y ahora solo quedaba rematarlo. Pero amigos esto es el Atleti y no podía ser normal, nos tocaba el más difícil todavía, el arbitro Lopez Nieto expulsa a Pirri y nos quedamos con uno menos. Después del gran desgaste que estaba realizando el equipo todos pensábamos que eso iba a ser una catástrofe.


Desde ese momento hasta el final del partido fue una autentica agonía, Ya no se nos podía escapar y había que aguantar como fuera y se aguantó.

Cuando Lopez Nieto marca el pitido final yo no sabía si estaba en el Calderón o en el Nirvana, eran 3 puntos solo, pero sabían a mucho más que eso. Era un partido que con los años contaríamos cual abuelo tal y como estoy haciendo yo ahora y 20 años después todavía me emociono al recordar aquella noche de Octubre en la que en el Vicente Calderón se vivió pura magia.

 A mis compañeros más jóvenes, que son los que me han animado a escribir esta entrada y algunas mas que le seguirán de partidos míticos y antiguos, solo les puedo desear que vivan un partido como aquel y que sientan y experimenten lo que yo sentí y experimenté esa noche un autentico climax rojiblanco.


Por Rubén Martí
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