jueves, 4 de julio de 2013

Diego Forlán, algunos no olvidamos

Diego Forlán | FOTO: Taringa
IMANOL ECHEGARAY | De Diego Forlán se han contado muchas historias. Unas dicen que el origen de su carrera se debía al accidente de tráfico que su hermana Alejandra tuvo cuando él aún estaba en la escuela. Un contratiempo que dejó a su  allegada en una silla de ruedas. Algo que hizo recapacitar al uruguayo hasta el punto de decidir forjarse una carrera como futbolista para pagar el tratamiento y los gastos de la familia. Otros dicen que tuvo indecisión entre si dedicarse al balompié o al tenis. Todo esto de alguna manera es cierto. Pero lo que pocos reconocen, es que este señor lleva el fútbol en la sangre.

Los reveses que vivió cuando era joven, le moldearon una personalidad bastante particular. Muy alejada a la identidad tipo que a día de hoy podemos asemejar a cualquier profesional del fútbol. Con una sensibilidad fuera de toda duda y un carisma especial a la hora de tratar con según qué temas, por encima de futbolista es persona. Y lo es de los pies a la cabeza.

Pero estamos aquí para hablar del Forlán deportista. El embajador de Unicef en Uruguay, se deja su carácter afable y bonachón fuera de los terrenos de juego. En él, dentro de ese rectángulo pintado de verde esperanza, ha acabado con la ilusión de decenas de porteros y con el optimismo de aficiones rivales, que han visto en Diego como el devorador de certidumbres y creencias al ser el último escoyo que un esférico ha necesitado para ser introducido en la meta de las alegrías para él y de la desolación del adversario.

Criado en Independiente, aprendiendo a las órdenes del profesor Ferguson en Manchester, doctorado en Europa con el Villarreal de Pellegrini y héroe eterno en Uruguay, llegó al Atlético de Madrid con dos objetivos latentes y complicados. Llevar al equipo rojiblanco a Europa y hacer olvidar la sombra del niño que galopaba por la banda del Calderón, que es su casa. Tarea complicada.

Forlán con la bota de oro | FOTO: El Confidencial
No tardó en demostrar su valía. En su primer partido y en el primer balón que tocaba, el uruguayo devolvía al equipo del Manzanares a sus paseos por el viejo continente (UEFA). Como el mejor pistolero del oeste, e bastaron ocho minutos y una mirada al frente para hacerse valer.

Su asociación con el argentino Sergio Agüero, fue una de las más peligrosas del panorama fútbol en el tiempo en el que coincidieron en el Vicente Calderón. Con sus goles, el equipo que entrenaba Javier Aguirre volvía a pisar territorio Champions y con ellos, las defensas rivales vivían en un pánico constante.

Como delantero total, el bueno de Diego era capaz de transformar un pase cualquiera en el gol de un triunfo. Pero además, como los buenos cañoneros, recogía piedras desde el círculo central y los modificaba en misiles tierra-aire que hacían temblar los guantes de cualquier arquero del planeta.

Con respeto hacia todos, pero sin miramientos hacia nadie, en el año 2009 decidió calzarse de oro y marcar 32 goles en una sola temporada con el Atlético de Madrid. Una cifra que permitió, por segunda temporada consecutiva, auparse a su equipo a escuchar ese himno que pone a tono a todo el que sueña con ser futbolista. Con recuerdos tan visibles como la remontada ante un Espanyol que jugaba con un hombre más y vencía por 0-2 al descanso. Una bota de oro más que merecida, mal que algunos quieran desmerecer por su odio irracional hacia un ser excepcional.

Un odio que se fraguó en el fragor de una batalla. Forlán, como cualquier delantero centro del mundo, pasó una mala época de cara a puerta. Tiempo que cierto sector respetable del Manzanares pereció hasta el punto de silbar e insultar al jugador que se había dejado la vida por devolver al Atleti, su Atleti, al lugar que merecía. Cuando esa sequía terminó en el oasis de un gol, el uruguayo, que es buena persona, pero que no olvida, recriminó con palabras malsonantes a  los que se habían olvidado de lo que la temporada anterior hizo. Un acto en caliente que algunos no le supieron perdonar.

Diego celebrando un gol | FOTO: Vavel
Pese a todo, hubo un climax. Un momento de paz absoluta y de felicidad radiante cuando él, el mismo al que muchos repudiaban, marcó los goles que el Atlético necesitaba para volver a ser campeón. Rebañando un balón en el área inglesa que mandó a besar la red de Pepe Reina como buenamente pudo. Una volea en casa de Los Beatles cuando en Liverpool ya compraban billetes para la final de Hamburgo. Y dos goles allí, de nuevo ante inquilinos de Gran Bretaña, que permitieron estallar de alegría a los millones de aficionados que sufrieron durante tantos años derrotas y sin sabores. Él. El único bota de oro de este centenario club, devolvió el cariño de los que nunca le fallaron.

Se coronó como mejor jugador del mundial de Sudáfrica 2010, llevando en volandas a la selección uruguaya hasta semifinales. Poco después, el ostracismo. Un encontronazo contra el líder de aquella manada histórica, Quique Sánchez Flores, le hizo ponerse de nuevo en el disparadero de los que nunca olvidaron. Defenestrado, sería conveniente recordar los 96 goles en cuatro temporadas como colchonero. Unas cifras difíciles de batir hoy en día.

Él es así. Un goleador dentro del terreno de juego y una persona sincera y directa fuera de él, que jamás trató de engañar a nadie, ni dirigentes, ni afición, ni compañeros, con palabras de amor disfrazadas de dagas envenenadas.

Se fue por la puerta de atrás. Como se marchan los jugadores que han marcado época en este club dirigido por (in)dirigentes. Él no olvida, pero perdona. Siempre con buenas palabras hacia el club y la afición, sigue rompiendo ilusiones de rivales, ahora en Brasil. Llegará el día en que Forlán ya no sea parte del campo de fútbol. Y ese día será triste, porque se irá uno de los mejores delanteros de la historia del Atlético de Madrid. Mal que a muchos les pese.


Por Imanol Echegaray

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2 comentarios:

  1. No tuvo buen comportamiento la ultima temporada, pero solo los de dentro del vestuario sabran lo que pasó ahi con Quique y él. Salvo eso, Forlan sera recordado como lo que es. un fuera de serie.

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  2. magico diego.esta en el top 3 de los delanteros 9 que yo he visto pasar por el calderon que son tarugo, el y falcao. ademas de gol tremenda calidad, bajaba para hacer moverse al equipo. un fuera de serie que con los años que nuestros indirigentes nos van a hacer pasar empezaremos a valorar de verdad

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